Bogotá, 30 ago (Prensa Latina) Pese a faltar más de un año para que la maquinaria electoral eche a andar en Colombia de cara a los comicios de 2026, comienzan a develarse hoy las primeras intenciones de hacer campaña presidencial por el lado opositor.
Hace pocas horas, la integrante del partido Centro Democrático y senadora María Fernanda Cabal, dejó en claro su ambición de ser la próxima persona en llegar a la Casa de Nariño.
«Que le quede claro al país. Yo soy Centro Democrático, soy fundadora, aquí estoy y aquí me quedo. Seré la candidata de mi partido y lo haré con todo orgullo representando a millones que claman orden y libertad», escribió en su cuenta de X.
La legisladora, que se distingue por objetar y oponerse a todas las medidas propuestas por el gobierno encabezado por el presidente Gustavo Petro, comentó posteriormente a medios de prensa que, de vencer en las urnas de 2026, instauraría un sistema similar al puesto en marcha por el mandatario de Argentina.
Vamos a reducir el tamaño del Estado, como lo hizo Javier Milei, comentó, al tiempo que aseguró que comulga con muchas de las ideas del argentino en cuanto a economía.
Al ser un partido de oposición, pareciera que Centro Democrático se apura a buscar a quienes lo representarán en la carrera de 2026.
Hace apenas pocos días, el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010) se reunió con sus correligionarios en Cali, en el suroeste de la nación, y planteó allí que esa bancada necesita una agenda parcial.
Habló sobre la necesidad de recuperar la credibilidad y el afecto en la opinión ciudadana para que la meta final sea ganar.
Casi simultáneamente el también exmandatario Iván Duque (2018-2022), de ese mismo partido, se reunió con algunos de los exintegrantes de su gabinete, para enfatizar en la necesidad de la unión y discutir «los desafíos cruciales que enfrenta Colombia y los retos democráticos de cara al 2026», según afirmó en su red social X.
Asimismo, hace pocos días, el senador del Centro Democrático Miguel Uribe divulgó un anuncio que simula al de un candidato en campaña, donde alaba la capacidad de madrugar de los colombianos y en el que manifestó que un pueblo tan trabajador no merece a un presidente que no lo haga de la misma manera.
Paloma Valencia, otra senadora de ese mismo partido, ha revelado su deseo de ser la primera mujer en llegar en ser la jefa de Estado.
De igual manera a los otros posibles contendientes de cara a 2026, más que crítica, la congresista suele ser agresiva cuando opina sobre el mandato y las propuestas de Petro.
Aún cuando no asegura que se lanzará a los comicios, otro de los nombres que resuena es el de la periodista de tendencia conservadora y directora de la revista Semana, Vicky Dávila, quien realiza ahora una gira por varias regiones del país.
La revista Cambio calificó su periplo como un equilibrismo entre la campaña y el activismo, en tanto otros medios consideran que en sus presentaciones prima un aire de candidata o que está en medio de una correría, de la misma manera en la que lo haría un aspirante a la presidencia.
En Colombia aún es temprano para listar los nombres de los candidatos por la carrera de 2026, pero ya es seguro que la oposición busca movilizarse ante el tsunami que sería el Pacto Histórico si llega a conformarse en un solo partido. El primer paso para esa unión ya lo dio el Movimiento Colombia Humana, creado por el presidente Gustavo Petro, que en su Asamblea Nacional del pasado 17 de agosto aceptó por unanimidad integrar a todas las asociaciones que conforman la coalición en un partido único.
Además de por Colombia Humana, el Pacto Histórico está integrado actualmente por otros 12 partidos y movimientos progresistas que, de consentir en convertirse en una sola asociación, lo convertiría en la mayor fuerza política del país.
El pasado 23 de julio esa coalición informó su reconocimiento de la necesidad de constituir una organización unitaria donde confluyan los partidos y movimientos que la integran y otras agrupaciones comprometidas con la agenda de cambios del actual gabinete, y en pos de un consenso nacional para implementar el Acuerdo de Paz firmado en 2016.